MOULINTSART


Cheverny El castillo de Titín


Situado en el corazón del valle del Loira, el castillo de Cheverny se ha convertido en uno de lo más visitados, ya que en él se inspiró el belga Georges Remi, más conocido como Hergé y autor de `las aventuras de Tintín´, para crear el castillo de Moulinsart, residencia del capitán Gregory Haddock.

El castillo de Moulinsart, en el que viven Tintín, el capitán Haddock y el profesor Tornasol, existe y se encuentra en el valle del Loira, cerca de la ciudad de Blois. Es un lugar que acoge a miles de peregrinos que acuden a él para comprobar que su mundo es real y no un cómic, máxime este año en el que se celebra el centenario del nacimiento Georges Remi, más conocido como Hergé, quien nació el 22 de mayo de 1907 en el pueblo belga de Etterbeek y es el creador de Las aventuras de Tintín.

Hergé se inspiró en el castillo de Cheverny para crear Moulinsart, que apareció por primera vez en el cómic El tesoro de Rackham el Rojo. Posteriormente el castillo pasó a ser propiedad del capitán Haddock, quien lo compró con el beneficio del tesoro de su antepasado. A partir de entonces se convirtió en el escenario de muchas de las aventuras de Tintín. En su salón acampó el príncipe Abdallah con su séquito, pasó una temporada la soprano Bianca Castasfiore y sufrió los destrozos que le causaron los inventos de Tornasol.

El origen de Moulinsart se encuentra en el folleto turístico de Cheverny que cayó en manos de Hergé, cuando a mediados del siglo pasado se encontraba dibujando su décima aventura. Fue entonces cuando decidió utilizarlo como el lugar en el que los hermanos Pájaro tuvieron secuestrado a Tintín. Hergé simplificó la estructura del castillo quitando los cuerpos laterales, ya que lo que buscaba era la residencia de un viejo lobo de mar y no la de una familia de la nobleza.
Gracias a Las Aventuras de Tintín, Cheverny tiene una atracción especial que nada tiene que ver con los otros castillos del Loira, casi siempre vinculados a nombres regios o importantes personajes históricos de la talla de Leonardo da Vinci, Diana de Poitiers, Francisco I o Enrique II. Por ello, siempre seguirá siendo el castillo del capitán Haddock y de Tintín.

EL CASTILLO MEJOR AMUEBLADO El castillo de Cheverny fue construido entre 1624 y 1634 en piedra de Bourré del Cher por orden de Henri Hurault, conde de Cheverny, perteneciente a una familia de financieros y oficiales que sirvió a cinco reyes de Francia. El castillo presenta una unidad de estilo, tanto en su arquitectura como en su decoración interior, siguiendo las características del conocido como estilo Luis XIII. Dispone de dos cuerpos centrales más pequeños flanqueados por otros dos con una altura superior. El proyecto corrió a cargo de Boyer de Blois, afamado arquitecto quien también diseñó el palacio de Luxemburgo de París.

La fachada principal es la sur, a cuyo interior se accede por una sencilla puerta tras la que encontramos una monumental escalera de honor, profusamente decorada siguiendo la influencia delRenacimiento italiano en el valle del Loira. Cheverny presume de ser el castillo mejor amueblado del Loira y de seguir en parte habitado por los descendientes de la familia Hurault. En su decoración interior destacan las ilustraciones relativas a Don Quijote de la Mancha, los numerosos lienzos de Jean Monier, los tapices de Flandes y de los Talleres de París, un regulador Luis XV y una cómoda única Luis XIV.

Del vestíbulo de entrada accedemos al comedor, restaurado en el siglo XIX para las grandes cenas y recepciones de gala. Las paredes están tapizadas con cuero de Córdoba con el escudo de armas de los Hurault. El techo y las vigas fueron pintados originalmente por Jean Monier, natural de Blois (1600-1656). La sala está adornada por 34 paneles del mismo pintor, que representan escenas del Quijote. El mobiliario es del siglo XIX y en uno de lo laterales encontramos el busto del rey Enrique IV bajo las armas de los Hurault y elementos de la antigua chimenea.

En nuestro recorrido por el interior del castillo, que os detallo más ampliamente en otro apartado, iremos pasando por la Sala de Armas, la Habitación del Rey, la Galería, el Pequeño Salón en el que podemos ver tres retratos de François Clouet, la Galería y el Salón de Tapices.

JARDINES DE ESTILO FRANCÉS Una vez visitado el interior del castillo, realizamos un agradable paseo por la arboleda y el jardín a la francesa que lo rodean, antes de introducirnos en un vehículo eléctrico para recorrer el inmenso bosque de la finca, continuando luego el recorrido en barca por los canales. La siguiente cita la tenemos en la exposición Les Secrets de Moulinsart, dedicada a Tintín y sus aventuras.

Todavía nos falta por ver un pabellón decorado con escenas y trofeos de caza, el llamado jardín de los aprendices, con sus numerosos parterres florales y un lugar que hace las delicias de los más pequeños, la perrera, ocupada por una jauría de casi un centenar de perros de caza. Si acudes a la hora en la que les dan de comer, el espectáculo es todavía mayor.

 

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